Algunas veces te encuentras con realidades que rozan la ficción, o ficciones que rozan la realidad.
Realidades que rozan la ficción…
¿Habéis visto el último anuncio de Aquarius? Ese en el que cuenta que un hombre está construyendo -sin ayuda de ningún tipo- una catedral.
Yo pensaba que se trataba de un personaje ficticio creado únicamente para el anuncio. Pero no. Justo Gallego es real. Lleva desde el año 1961 trabajando en su proyecto, sin ayudas oficiales y usando materiales donados o de deshecho. Su Catedral se ha convertido en un atractivo turístico más de Mejorada del Campo, un pueblo de Madrid. No en vano, está entre los monumentos que recomienda la web del Ayuntamiento.
A la obra no le faltan dificultades: no tiene proyecto ni licencia de obras; nadie (salvo D. Justo) asegura que no entrañe peligro para el visitante. Pero la Catedral es ya un símbolo, y nadie se atreve a derribarla.
Si no habéis visto el anuncio, podéis hacerlo desde la web que le dedica Aquarius. Éste es el streaming, en formato WMV.
Más información:
… y ficciones que rozan la realidad
La otra cara de la moneda es Enric Marco. El que era presidente de la asociación Amical Mauthausen, formada por españoles que fueron deportados de campos de concentración nazi y sus familiares, llevaba casi 30 años mintiendo. Nunca había estado en un campo de concentración.
En realidad, sí que había estado en Alemania. Saboteaba camiones nazis y difundía la información que traducía de la prensa portuguesa, que era neutral. Fue detenido por la Gestapo por saltarse la censura alemana y estuvo encerrado durante semanas en un calabozo, soportando torturas. Dos años antes del final de la Gran Guerra, fue liberado y regresó a España.
Marco dice que, a pesar de mentir, sus intenciones fueron buenas:
No mentí por maldad, sino porque mi trabajo divulgativo era más eficaz
Y sus estafados compañeros reconocen que fue un magnífico presidente.
¿Realidad o ficción?
Seguro que habréis leído ya de todo sobre el Hombre del piano, ese joven que apareció la semana pasada en las costas de Kent. ¿En qué categorá lo metemos?
La historia es increíble. Pero también es extraño que, si es mentira, nadie lo delate. Por otro lado, como maniobra publicitaria, no tendría precio. ¿Cuantos discos podría vender este chico si ahora se decide a grabar?
Habrá que ver en qué queda.